ÉXODO 150

trono y “baja a liberarle de la esclavitud” (Éx. 3,8). De esa experiencia arranca el envío de Moisés –el éxodo– con la misión de “ sacar a su pueblo de Egipto” (Éx.,10), de la esclavitud. La nueva experiencia del Dios bíblico va íntimamente unida a la ex- periencia del sufrimiento de los seres hu- manos, y de ella brota la interpelación, el mandato, la ética, el compromiso por la li- beración. Ese es el viento y el impulso, esa es la lógica y la dinámica del éxodo, que ahora los nuevos oscuros poderes amena- zan con quebrar, no sabemos hasta cuán- do… Por eso corren malos tiempos para el éxodo. Pero no es nuestra revista ÉXODO procli- ve al desaliento, a los brazos caídos. Todo lo contrario. Como decíamos más arriba, al alcanzar los 150 números nuestra revis- ta quiere renovar y revitalizar el que fue desde el número 1, en 1989, su lema y su horizonte: ser memoria y profecía. En es- ta encrucijada nos aferramos al pensa- miento de Hölderlin, arriba mencionado: “Donde acecha el peligro, allí se anuncia también la salvación”. Y haciendo memoria , recordamos los sen- cillos, pero clarividentes textos de los ini- cios de la cultura humana, anteriores in- cluso al libro del Éxodo, como el memorable Código Hammurabi que abre con las palabras: “ He hecho justicia con la viuda, el huérfano, el pobre y el extranje- ro .” Un Código que legisla “ para que el fuerte no oprima al pobre, para hacer jus- ticia al huérfano y a la viuda .” O también el más cercano Libro de los Muertos: “ Di pan al hambriento, agua al sediento, vestí al que estaba desnudo y una barca al náu- frago …” Luminosos textos que inspirarán más tarde a los grandes profetas de Israel: como en la denuncia de Isaías : “ No defien- den al huérfano, no se encargan de la cau- sa de la viuda…” (Is. 1,23) o en la insisten- cia del Deuteronomio: “Hace justicia al huérfano… ama al extranjero y al inmigran- te…” (Dt. 10,18-19) y representan una ver- dadera cima de humanidad. Justamente la misma humanidad de la que arranca el éxodo y la que impulsa y sostiene su dina- mismo, pero también justamente la misma que los nuevos oscuros poderes amena- zan hoy con quebrar, imponiendo la ley del más fuerte y el imperio del egoísmo, la frialdad y la apatía ante el sufrimiento del débil, del Otro, del inmigrante, el refugia- do, el pobre y el oprimido. Con esta quiebra, la humanidad ha vuelto a retroceder. Pero nuestra revista ÉXODO no solo hace memoria, sino saca de ella vi- gor para la resistencia e inspiración para la profecía , para la mística y el compromi- so. Alcanzar el número 150 queremos que sea motivo “para lanzarnos al éx-odo tras la justicia”, como escribía nuestro compa- ñero José Antonio Pérez Tapias en uno de los mejores artículos que han aparecido en la última etapa de nuestra revista. Tras la justicia, para revertir el curso de la his- toria y despejar de nuevo el horizonte de la utopía: la liberación del éxodo. 4

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