ÉXODO

66 ACTUALIDAD LIBROS cación y sanidad públicas, polí- ticas redistributivas) ha trans- formado al Estado: por una par- te se ha blindado frente a la presión histórica de la clase y, por otra, ha desarrollado una capacidad de intervención a fa- vor de las necesidades del ca- pital financiero transnacional. La nueva forma del Estado-em- presa aparece ya como una me- ra pieza política más en un sis- tema regulatorio en el que or- ganismos supranacionales se articulan como los verdaderos depositarios de la soberanía de- legada por el capital. Esta trans- formación interfiere en la ca- pacidad de integración estatal. A su vez, el antiguo pacto de la nación Estado como soberanía pierde base en esta poliarquía de soberanías superpuestas y compartidas. El orden del pacto anterior que aseguraba la prohi- bición de toda forma de sece- sión de parte como ‘crimen’ de Estado, deja de tener validez: se abren, pues, nuevas oportu- nidades. Al tiempo, la ‘crisis’ de la forma del capitalismo finan- ciero transnacional es simple- mente contable: no es capaz de retornar las inversiones produc- tivas. Esta crisis afecta a gran parte de la población porque el ‘trabajo humano’ se ha vuelto superfluo, sin potencia de valo- rización en términos del capital. Las sociedades actuales ya no son sociedades del trabajo (es- caso, precario y absurdo). El surgimiento de la nueva socie- Si en la primera página del Pró- logo se proponen las 4 tesis bá- sicas, en las últimas: A modo de epílogo. Por una política de par- te (pp. 201-231), se condensa el recorrido realizado, se diagnos- tica la situación actual y propo- ne un proceso de salida como Nueva alianza (221-231). Reca- pitulando: para el autor “la his- toria de las sociedades contem- poráneas se debe entender co- mo un largo y complejo proceso de estatización, de integración (y supresión) de aquellas partes de lo social que han tenido pre- tensiones de autodetermina- ción. A esta integración por me- dio del sufragio, los derechos e incluso de las políticas positivas, la llamamos democracia” (p.207). Por el contrario, la po- lítica de clase solo existe como desborde y ruptura de los apa- ratos del Estado: supone la au- todeterminación de un proceso de afirmación y constitución no mediado ni subordinado al Es- tado. Y en la situación actual de ‘crisis’ del capitalismo finan- ciero transnacional, ¿serán los Estados mecanismos capaces de seguir integrando las partes, manteniendo la ficción de la to- talidad? Para el autor la res- puesta es negativa, dado que “la descomposición de las for- mas de integración social es el hecho crucial de las sociedades modernas“(p. 221). En las últi- mas décadas, el constante ata- que a las instituciones tradicio- nales de progreso social (edu- dad se encuentra escindida en- tre gigantescas masas de parias urbanos (el 99% social exce- dentario) y la minoría de los muy ricos (el 1% restante). Con- cluyendo hacia el futuro: Si la forma actual del Estado-empre- sa ha perdido la ‘maiestas’, es la hora de realizar la ‘nueva alianza’, desde la autodetermi- nación, de la mayoría exceden- taria. El reto, iniciar la continua formación de la nueva clase so- bre la base de las mayorías sin pretensión de homogeneidad, en la búsqueda continua de pac- tos. Ya no se trata solo del mundo del trabajo, dado que es el conjunto de la sociedad lo que está siendo expropiado y de múltiples formas. El ‘contra- poder’ será una estrategia ade- cuada a la fragmentación de la política de Estado y de la crisis del capitalismo financiero; el contrapoder expresa el poder las comunidades sociales con- cretas, despliega nuevas capa- cidades para fundar nuevos po- deres y todas las instituciones que se requieran para multipli- car su potencia. El texto de E. Rodríguez es una apuesta arriesgada pero sólida, no recomendable para liberales acérrimos que no estén dispues- tos a dejarse interrogar sobre su proyecto social de parte (de la minoría de la desigualdad). Re- cordemos la proclama de E. Dus- sel, “La democracia no se justi- fica, si no asegura la vida”.

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