ÉXODO 153

el teatro, en la literatura, en la poesía, en la música, en la danza, en el carnaval, como si esos artistas libres de las pri- siones dogmáticas y canónicas institu- cionales tuviesen la capacidad de acoger la brisa suave del amor y de la justicia y de ser comprendidos por los pobres sin la solemnidad con que las revisten las instituciones de la religión. Tanto en el Cristianismo de las formu- laciones teológicas eruditas como en el Cristianismo popular que se mezcla con formas de animismo y con las más va- riadas devociones se nota la crisis de sentidos. Y como son las élites cristianas y las élites políticas las que hacen las leyes tenemos que enfrentarnos dura- mente al Cristianismo doctrinario, el Cris- tianismo de la pretendida oficialidad y verdad de las Iglesias, que establece lo que se debe creer. Ese es el Cristianismo que tienen a su alcance los empodera- dos/as de nuestro tiempo. la lUcha es contra el absolUtIsmode la relIgIón y de las InstItUcIones PolítIcas. necesarIo el dIálogo InterrelIgIoso no InstItUcIonal La lucha de muchos grupos que se sien- ten excluidos institucionalmente se da de hecho contra la pretensión absolutista de las instituciones de la religión y contra las instituciones políticas que hacen oídos sordos a los clamores reales de las per- sonas. Esa lucha no es solo la lucha por la instauración de derechos dentro de la institución misma, sino por el cambio de la institución religiosa y de la insti- tución política para que, de hecho, sean instrumentos al servicio de las ciudada- nas y ciudadanos reales del planeta. El proceso de cambio es lento, pero se está dando. Sabemos bien que el diseño patriarcal masculino del Cristianismo actual ha cau- sado conflictos mayores en la línea de la afirmación de derechos, particular- mente en los que se refieren a las mu- jeres y a la diversidad sexual. Y es por esa razón que nos invitamos recíproca- mente a revisar nuestras percepciones y creencias respecto al mundo en que habitamos, ese mundo que somos noso- tros, los llamados humanos. La elección de nuevas tecnologías de comprensión del mundo, de nuevas formas de educar- nos en la ética personal y social, de nue- vas hermenéuticas bíblicas, de nuevas aproximaciones inter-religiosas, se están haciendo necesarias y comienzan a ser puestas en práctica como ensayo de nue- vas relaciones. Ante el pluralismo de nuestras tradicio- nes religiosas y de los conflictos de poder que verificamos hoy en día el diálogo in- ter-religioso no institucional se vuelve absolutamente necesario, no para con- vertir a los demás hacia nosotros, sino simplemente para acoger y usufructuar las verdades vitales que están presentes 37 la lucha de los excluidos se da contra la pretensión absolutista de las instituciones políticas y religiosas

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