ÉXODO 153

Entrevista 21 lista de intervenciones en diversos países del continente, como en Honduras y Paraguay. La crisis ecológica está sacudiendo con fuerza la geografía y la conciencia occidental y cada día es mayor el interés que despierta la expe- riencia de vinculación con la tierra que han mantenido los países originarios. ¿Cuáles pue- den ser, a tu juicio, las aportaciones y las li- mitaciones que las poblaciones indígenas pue- den ofrecer a la solución de este problema global? Francisco, en la Encíclica Laudato Si , llama a la conciencia de la humanidad a cuidar la Casa Co- mún, hoy amenazada por la explotación de quie- nes privilegian el capital financiero a la vida de los seres humanos. Es un llamado a recuperar el equilibrio entre las necesidades de nuestra ci- vilización y el respeto a la Madre Tierra. La con- vocatoria para tratar la grave situación que vive la Amazonía, por la fuerte devastación y des- trucción de la biodiversidad, apela a la conciencia colectiva sobre los riesgos que representa su destrucción para el planeta. Y es, a la vez, un llamado a preservar la vida de los pueblos ori- ginarios junto con los bienes y recursos de la Amazonía. ¿Qué papel ha jugado, a tu juicio, la Teología de la Liberación en las transformaciones so- ciopolíticas y culturales de América Latina en las últimas décadas? ¿Se pierde algo en Amé- rica Latina si la Teología de la Liberación de- saparece en el futuro? La Teología de la Liberación fue fuertemente atacada, incluso desde el Vaticano con las amo- nestaciones de Juan Pablo II y el entonces Car- denal Ratzinger contra los teólogos. Hay que entender que los teólogos interpretan a la luz del Evangelio el caminar del Pueblo de Dios que busca nuevos horizontes de vida y su liberación de la dominación de las injusticias. Tiene una fuerte presencia social, cultural y po- lítica. Las Comunidades Eclesiales de Base son el fer- mento en la masa y el primer momento de esta teología. La teología de la liberación busca for- talecer los lazos de hermandad, solidaridad y fe entre los pueblos. Si la teología de la liberación desapareciera, la sociedad perdería un gran medio de cohesión porque su discurso va más allá de las estructuras eclesiásticas. En Medellín (1968) los obispos latinoameri- canos pusieron en el candelero un “continente empobrecido”… Actualmente acaban de ce- lebrar en Roma (precisamente en Roma) el Sínodo Amazónico. ¿Qué juicio te merece este último encuentro y qué repercusión se puede esperar razonablemente de él de cara al fu- turo? En Medellín 1968 los Obispos latinoamericanos asumieron el compromiso de compartir la vida con los pobres, con los más excluidos. Hay gran- des referentes teológicos y una de las figuras que surge con voz profética es la de Dom Helder Cámara, arzobispo de Olinda y Recife en Brasil. Es necesario tener presente que al finalizar el La teología de la liberación busca fortalecer los lazos de hermandad, solidaridad y fe entre los pueblos

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