ÉXODO 153

a prestar atención al mismo desde el punto de vista pastoral. 3. UNA NUEVA SITUACIÓN POLÍTICA: ¿DEMOCRACIA POLÍTICA SIN HORIZONTE DE TRANSFORMACIÓN SOCIAL? Un serio problema que parece presentársele hoy a las democracias en la región es el de su legitimación, es decir, la generación de la capacidad de ser per- cibida como una real concreción práctica de aquello que se sostiene acerca de sí misma en el discurso político. Obviamente, nadie pretende pasar por alto la inevitable distancia entre el discurso y la práctica democrática. Pero nadie puede tampoco permanecer acrítico al respecto en la medida en que la práctica de los demócratas se distancie en exceso del discurso político democrático tendiendo así a su deslegiti- mación. Sin duda, la democracia parece haber logrado un lugar importante en el imaginario político popular en buena parte de los países de la región. Se puede afir- mar que, de más en más, ella forma parte del aspi- racional político de la población latinoamericana. Para muchos esto tiene que ver con la historia política de buena parte de los países de la región en la cual las lamentables dictaduras y los dictadores fueron de presencia recurrente y nefasta hasta hace relativa- mente poco tiempo. Así las cosas, el paisaje político regional aparece hoy cargado de gobiernos de corte democrático en los cuales la importante cuestión electoral tiene garan- tizado un lugar central como parte de dicho proceso. Así, por su vía, las posibilidades de alternabilidad en el poder están aparentemente aseguradas. De nuevo, la pregunta que queda por resolver es si será posible por la vía electoral construir-negociar un modelo social que permita el enfrentamiento adecuado de la “cuestión social”, a saber: la modificación de los im- portantes niveles de pobreza y desigualdad existentes en la región. Esto quiere decir que, por una parte, está aún pendiente de solución la espinosa cuestión social que por razones obvias es fundamental en el horizonte reivindicativo de los amplios sectores po- pulares de los países de la región. Y, por otra parte, la muy relevante cuestión acerca de si la construcción de la institucionalidad democrática habría obtenido ya niveles suficientes de fortaleza, madurez y eficiencia en su funcionamiento práctico. En este contexto, parece pertinente el siguiente co- mentario de Tezanos y Luena: “Desde la perspectiva de la segunda década del siglo XXI, la impresión de muchos ciudadanos es que el funcionamiento práctico de la democracia, y la forma en la que se está ha- ciendo frente a la crisis económica y a las derivas desigualitarias y precarizadoras, está especialmente afectado por poderes e intereses que imponen una lógica socioeconómica que produce costes sociales especialmente graves –e inasumibles– a sectores cada vez más amplios de la población. Y para imponer dicha política –que tan buenos réditos proporciona a unos pocos– se parece estar deteriorando la lógica de los equilibrios sociales y políticos. Es decir, se está prescindiendo del sentido de la equidad social y se están desconociendo las bondades y ventajas de la cohesión como garantes de la paz, la estabilidad y la buena funcionalidad política” 9 . Así las cosas, parece entonces que la indiscutible re- levancia y positividad de esta reivindicación de los modelos democráticos que se ha extendido por toda la región es que, como hemos indicado, la misma ocu- rre sin embargo, en una aparente ausencia o preca- 9 T EZANOS , José Félix, y L UENA , César, Partidos Políticos, Demo- cracia y Cambio Social, Editorial Biblioteca Nueva, Madrid 2017, p. 38. La emergencia de nuevas clases medias bajas se suma a un período de crecimiento económico de casi una década Punto de mira 13

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