ÉXODO 117

E ! Los desahucios! Difícilmente, encon- traremos un tema que, en nuestro país y después de 34 años de democracia, presente rasgos tan lacerantes de des- amparo e inhumanidad. Lo más sor- prendente es que, deliberadamente y con mayor o menor mentira y ocultamiento, se estaba fraguando la peligrosidad del tema. Alarmas y denuncias se venían producien- do hace algunos años. Pero nuestros po- deres públicos, con todos los especulado- res arrimados o aliados con ellos, no dudaban en hacernos creer que estábamos siendo ejemplo y envidia para el mundo entero con nuestro modelo de transición democrática y los grados de progreso al- canzados. Finalmente, desde unos años, despertamos y hemos comenzado a ver la situación real que arrastrábamos y que no pocos finan- cieros y políticos han aprovechado para engañar, robar y enriquecerse. Confundie- ron la dignidad de la política con la sucie- dad de su egoísmo e intereses. Una llama explosiva de esta situación han sido los desahucios. La casa no es un pro- blema, es el problema, porque todos nece- sitamos hacer y conseguir una casa para superar nuestra indefensión y labrar nues- tra formación, personalidad y felicidad. To- do pueblo aspira a que todas las familias tengan una casa propia para vivir tranqui- los y asegurar el desarrollo, la convivencia y estabilidad del país. Pues bien, en España los desahucios, miles en pocos años, han puesto a muchas fami- lias españolas en el más sangriento des- amparo. Y en él han colaborado empresa- rios, jueces, abogados, policías, etc., como si cumplieran una natural, segura y sagra- da legalidad. Ahora hemos empezado a descubrir, pensar y concluir que nuestra democracia encubría lagunas, errores y contradicciones intolerables. Intolerable era –y lo hemos permitido- que Andalucía, con sus 87.000 kilómetros cuadrados, sus 1.000 kilómetros de costa, sus tierras y llanuras las más ricas de Europa, con una agricultura para poder cultivar de todo, con sus casi nueve millones de habitantes, haya tenido que sufrir un éxodo de más de dos millones de su gente, después de ver cómo los especuladores se cargaban su costa con miles de edificaciones y te- ner que afrontar ahora los desahucios de miles de familias, habiendo en Andalucía más de 600.000 casas vacías. De todo esto se ocupa el presente número de Éxodo. Y lo hace con el testimonio de quienes viven día a día la lucha por el cam- bio y con expertos que señalan la urgencia de la situación, las causas que la provocan y las propuestas para una más humana y justa solución. EDITORIAL

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