ÉXODO 114

E E l suscriptor y lector de este nú- mero de Éxodo va a agradecer enormemente la clarificación que sus colaboradores aportan al tema de la crisis actual. No es fácil desenvolverse en este laberinto, en- tre otras razones porque es obvia la inten- ción mediática dominante de ocultarla o tergiversarla. Analizando el contenido de los autores aparece nítido y coincidente el pensa- miento de todos ellos en torno a puntos fundamentales. Cada uno, desde una pers- pectiva propia y complementaria, alude al origen de la crisis, que procede de los 70 del siglo pasado, pasa por momentos de euforia y exaltación en los años posterio- res y estalla y se visibiliza como hecatom- be a partir del 2007. Las crisis del capita- lismo son continuas, nunca terminan, y cuando sus contradicciones internas son extremas se producen entonces las crisis estructurales. Una de ellas, la que esta- mos padeciendo. Tras esa ubicación temporal y territo- rial de la crisis, los autores pasan a des- cifrar las causas que, en el fondo, la han determinado y que, conviene anotarlo, el capitalismo moderno se niega a recono- cer manteniendo como válidas las tesis centrales de su pensamiento neoliberal globalizado. No hay lugar para la ignorancia ni el fa- talismo, sino para la arrogancia y cinismo financiero que busca imponer a toda costa la supremacía de los valores del mercado y erradicar lo que ha sido base y estrella de la cultura occidental: la dignidad huma- na, sostenida ininterrumpidamente en la cultura grecolatina, en la tradición judeo- cristiana y en la modernidad con una vi- sión ya más racional y secular. La dignidad humana es el núcleo y refe- rente básico para un nuevo paradigma cos- mológico, para una sólida fundamentación de los derechos humanos y una legitima- ción del estado del bienestar, cuestionado en las últimas décadas por un capitalismo que Hinkelammert llama cínico. Esta sacralidad de la dignidad humana (“ homo homini res sacra” , el hombre es cosa sagrada para el hombre ) declara en- contrar una semejanza fundamental en todo ser humano, sea de la etnia, lengua, religión o nación que sea. Sacralidad, que revoluciona la lógica neoliberal y se con- trapone diametralmente al mensaje revo- lucionario de Jesús de Nazaret, que supri- me toda división y superioridad entre humanos y pueblos (todos vosotros sois hermanos ) y exige proyectar y reorgani- zar la vida personal y social desde la pri- macía de los últimos: los primeros serán los últimos y los últimos los primeros . EDITORIAL

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