Revista Colegio Inmaculada Concepción. Agustinas Misioneras. Curso 2020-2021

/ 79 / Pastoral Operación Kilo Carta de una alumna Estamos viviendo unos momentos muy complicados, muchas familias han tenido que despedirse de familiares y amigos. Sus vidas han dado un giro de 180 grados, inesperadamente, con la pérdida de sus trabajos, que les han llevado a una situación difícil, sin ingresos, sin comida y sin poder protegerse de este virus. Este año, como todos los demás, hemos realizado la “Operación Kilo”, pero un poco diferente. Hemos reco- gido todas las clases un poco de dinero, cada uno lo que podía y quería. Y la cifra que conseguimos cuando la vi, hizo que se me iluminara la cara de lo orgullosa que estaba de la aportación tan grande que había hecho todo el Colegio. Con todo ese dinero nos fuimos a un supermercado a hacer una compra enorme, con algunos alumnos, padres y profesores. Y tan enorme era que no parábamos de llenar carros con comida, productos de limpieza, alimen- tos de bebés, productos de higiene, mascarillas, gel hidroalcohólico, alimentos sin gluten, sin lactosa... Llegó un punto en el que no sabíamos qué más comprar, compramos dulces navideños e incluso embutido (un carro entero de chorizo y salchichón). Qué sensación fue llegar para ver cuánto dinero nos quedaba y ver que no íbamos ni por la mitad y ya habíamos pasado seis carros llenos de comida. Fueron horas y horas comprando, con mucho cansancio, pero valió la pena. La sensación que se sentía al ver que toda esa cantidad de comida iba a ir a familias que realmente lo necesita- ban, te daba la fuerza suficiente para poder seguir trabajando. Otros años repartíamos los alimentos a diferentes parroquias o en albergues, pero este año, con toda esta situación, lo hemos mandado a una única parroquia que se encarga de entregar alimentos a familias que no tienen nada que llevarse a la boca; lógicamente, con la ayuda del supermercado, que nos facilitó el envío de todos los alimentos. No me puedo ni imaginar la cara de felicidad de todos los voluntarios de esa parroquia al ver esa cantidad de comida que les llegó, pero mayor es la mía al ver que todo ese trabajo, y esa mínima aportación de dinero, hace que miles de familias puedan sonreír. Y todo gracias a los alumnos, padres, profesores, en resumen, a toda la comunidad educativa del Colegio Inmaculada Concepción. MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS. Teresa Orega (Alumna de 1º Bto.)

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